En un post anterior expliqué con detalle el proceso de compra de un eBook en un portal de venta directa de libros electrónicos, concretamente en leqtor.com. Estaba pensando que quizá debería cambiar el título de dicho post. En lugar de que rezara «Cómo comprar…» tendría que decir «Cómo alquilar…»

¿Por qué? el libro que descargué era un eBook en formato PDF, protegido con DRM. El acrónimo DRM viene de Digital Rights Management, es decir Gestión de Derechos Digitales. Es una forma de encriptar el contenido de un archivo digital de forma que solamente pueda ser interpretado por el o los dispositivos autorizados a hacerlo. Dicho de otro modo más simple, un archivo protegido con DRM solo lo puedes leer/escuchar/ver tú, nada más. Una canción protegida con DRM sólo será posible reproducirla en tu ordenador y en tu iPod. Un eBook protegido con DRM sólo será posible leerlo en tu ordenador y en tu eReader. La intención es que, al ser tan sencillo distribuir, enviar por correo electrónico una copia del archivo, se acaben vendiendo a penas un puñado de unidades del producto. De este modo, para poder disfrutar de ese archivo, cada persona tendrá que comprar una copia distinta.


La historia del DRM es corta y controvertida. El servicio de compra de música online de iTunes, a día de hoy el mayor del mundo, empezó ofreciendo la posibilidad de comprar canciones sueltas de un álbum, a un precio estratégico de 99 céntimos. Esta opción tuvo mucha aceptación y las ventas iban bien. Los archivos que se descargaban no eran simples .mp3 abiertos si no encriptados con DRM. Es decir, aunque era posible conocer la ubicación del fichero que contenía la canción, copiarlo y enviarlo a un amigo no servía, puesto que al intentar reproducirlo en otra máquina, daba un mensaje de error (estaba encriptado). 


Al comprar una canción (cosa que sólo se podía realizar desde el programa iTunes), el comprador debía identificarse con su Apple ID. De este modo cualquier descarga comprada era cifrada en tiempo real por un servidor de encriptación, basada en sus datos de usuario. El archivo sólo funcionaría en un dispositivo autorizado para ese usuario solamente.


Del mismo modo, para comprar un eBook, se utiliza el software de Adobe Digital Editions (ADE), que necesita que nos identifiquemos con un Adobe ID, y todos los libros que se descarguen (compren) durante esa sesión, estarán encriptados con nuestros datos, y solo se podrán leer en aquellos dispositivos autorizados por nosotros con nuestra cuenta de usuario. Si se adquiere un eBook mediante esta plataforma, aunque se sepa y se tenga acceso al documento EPUB del libro, y se intente «destriparlo» para acceder a sus contenidos, el resultado es algo parecido a ésto:




ya que ha sido encriptado en vivo utilizando el software de servidor ACMS (Adobe Content  Server).


Es decir, realmente no estamos adquiriendo el libro electrónico en propiedad. Lo que estamos haciendo es pagar una cuota de alquiler, un permiso para poder leerlo. No es posible prestar el libro, y transferirlo al ordenador nuevo que nos compremos es un proceso menos sencillo que simplemente copiar y pegarlo.


Pagar por obtener un eBook con DRM es realmente alquilarlo, no comprarlo.


Esta realidad ha provocado numerosas quejas por parte de los usuarios, que ven con recelo este modelo de negocio, y encuentran frustrante pagar por algo que a la postre, no será suyo. Sin embargo las editoriales lo ven de momento como la única solución para poder mantener el negocio y evitar que sus libros en formato electrónico viajen a toda velocidad de correo en correo o vivan alegremente en las abundantes redes de intercambio de archivos.

Sin embargo, están surgiendo iniciativas pioneras por parte de importante editoriales en la dirección de trascender la mordaza del DRM, del mismo modo que en su día Apple decidió dejar de vender canciones encriptadas. La editorial O’Reilly, número uno mundial en edición de libros técnicos sobre informática, decidió vender sus libros electrónicos directamente sin cifrar, en formato PDF, EPUB, mobi, Android


El resultado es desconcertante: han aumentado sus ventas de eBooks en un 104%, atizado quizás por el éxito del experimento realizado por el célebre periodista / autor / editor David Pogue poniendo en circulación el PDF abierto de uno de sus «Missing Manuals». A día de hoy es posible entrar en la tienda online de O’Reilly y comprar uno de sus libros en formato eBook y disfrutarlo en formato abierto. 


Lógicamente esto hará que dichos libros circulen en todo tipo de redes de intercambio de ficheros. Yo mismo acabo de hacer la prueba de buscar títulos de O’Reilly en diferentes de estas redes y en pocos minutos me he hecho con diversos PDFs con los títulos más populares de la colección.


Búsqueda pirata de libros de programación



Entonces…¿dónde está el negocio? ¿Proteger la copia ilegal con DRM y alquilar los libros, o venderlos desprotegidos?


Probablemente tengan que convivir ambos sistemas. 


Si un libro (que no sea un best-seller) en formato electrónico tiene un precio lo suficientemente asequible y es lo suficientemente fácil de adquirir; no valdrá la pena «buscarse la vida» intentando encontrarlo en versión «pirata» por alguna red de intercambio. 


Hace algún tiempo adquirí un libro electrónico (precisamente de O’Reilly) en formato iPhone a través de la AppStore de Apple. Fue tan sencillo como hacer un solo «clic» y en 20 segundos el libro entero estaba a mi disposición en mi teléfono, a cambio de 3,99 euros (cuando el mismo libro en versión papel cuesta alrededor de los 40). Con esas facilidades, ni me planteé descargarlo pirateado. 


la aplicación de la esquina superior derecha es
un libro comprado directamente online



Es posible que para algunos eBooks más técnicos y para los best-sellers se imponga el alquiler de los libros con DRM, pero para la inmensa mayoría de títulos del mercado, baste con descargarlos en abierto a un precio razonable. Para los libros a la venta, claro está. Para el resto puede ser suficiente con aplicar los diferentes tipos de licencias Creative Commons que hay disponibles.


¿Qué opináis vosotros?












Protección DRM ¿Alquilar o vender libros?

3 pensamientos en “Protección DRM ¿Alquilar o vender libros?

  • enero 24, 2010 a las 5:33 pm
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    Opino que en caso de los DRMs no se puede hablar de un contrato de alquiler típico ni mucho menos (en el sentido de locatio conductio) porque a mi criterio le falta esencialmente la caracterísitica de temporalidad. Calificaría a esa operación como un contrato de compraventa en el cual se transfiere un derecho de propiedad o dominio con restricciones. La extensión de esas restricciones es lo que va a determinar la conveniencia o no de esa compraventa para los consumidores. En vista de los resultados, parece que los compradores no encuentran esas restricciones demasiado convenientes para sus intereses y se vuelcan masivamente a las copias piratas.
    Cuando las empresas enfocan su política en el interés del consumidor y no en el propio consiguen buenos resultados y mayores ganancias a mediano y largo plazo, como es el caso de la editorial O'Reilly que has citado. Me parece que cuando se ofrecen productos presuponiendo que el comprador va a hacer un uso ilegal de los mismos o con demasiadas restricciones se adopta una política empresaria muy negativa, que a la larga perjudica la imagen de esa empresa.

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  • septiembre 10, 2011 a las 9:09 pm
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    Yo estoy dispuesto a pagar el precio que me parezca razonable para un ebook. Y como tu bien dices que sea simple de obtener, sin trabas de contraseñas, licencias, sistemas operativos (uso linux),…. Y estoy seguro que si al final del libro el escritor me pide una "propina" se la daré gustoso si pienso que se la merece. Nada es gratis y hay que ser agradecido.

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