En los inicios de las tablets modernas, hará ya casi diez años, se produjo una explosión de creatividad y buenas intenciones en el mundo editorial: se soñaba con una revolución en las publicaciones, que pasarían a ser 100% digitales, 100% interactivas, y se llevarían bajo el brazo siempre con dichas tablets.

Con ese fin, se invirtió una gran cantidad de recursos en distribuir aplicaciones («apps») para estos dispositivos que fueran capaces de descargar y reproducir todo tipo de libros, prensa, revistas, etc. 

La realidad —más comercial que tecnológica— ha acabado siendo algo diferente y el panorama editorial digital ha sufrido desde entonces una serie de vaivenes hasta estabilizarse, si no estancarse, en la situación actual. 

Uno de los primeros segmentos del mercado en subirse al tren de las publicaciones interactivas fue el de los cuentos ilustrados, sobre todo (pero no siempre) infantiles. Fueron muchas las editoriales que lanzaron sugerentes productos en forma de «app», a precios a menudo inferiores a sus equivalentes en papel.

El problema era que el coste de desarrollar este tipo de aplicaciones no compensaba a los réditos de su comercialización. También a menudo había que reunir un equipo de profesionales entre ilustradores, escritores, programadores informáticos competentes, etc en proyectos que se demoraban incluso meses antes de salir al mercado, con periodos de amortización largos y poco rentables. Además, periódicamente había que actualizar dichas apps para estar al día con las sucesivas actualizaciones de los diferentes sistemas operativos (Android, iOS…)

¿El resultado? La inmensa mayoría de títulos de esta categoría en formato digital que podemos encontrar a día de hoy en los diferentes mercados (Google Play Books, Apple Books, Kobo y sobre todo, Amazon) no son interactivos, sino una mera réplica de un cuento ilustrado en papel. Una lástima.

¿Se trata entonces del final de un sueño? Para nada. Existen proyectos bien planteados que logran hacerse un hueco en el mercado digital. 

Por un lado, el cuento ilustrado en forma de app no está muerto. Simplemente, necesita un enfoque adecuado. Una buena inversión en desarrollo puede merecer la pena si el producto es genuino, original. Sería el caso, por ejemplo, de la app «Florence»: una historia ilustrada interactiva para adultos donde, la experiencia de lectura es una inmersión multimedia equilibrada, sin necesidad de ninguna extravagancia ni alarde tecnológico que aporten poco a la obra (como sucedía al inicio de esta fiebre). El resultado es un récord de descargas —de pago— en AppStore. Una ventana abierta a la rentabilidad.

Captura de pantallas de la app «Florence» para iPad

Y es ahí donde está la clave de la cuestión. Desde hace ya años, existe una tecnología poco explorada, los libros en formato EPUB3, que permiten que escritores, ilustradores y todo tipo de profesionales desarrollen cuentos interactivos sin necesidad de tener ningún tipo de conocimiento de programación; gracias a herramientas de software convencionales y visuales como es el caso de Adobe InDesign. 

Aquí podemos destacar el ejemplo del ilustrador zaragozano afincado en Barcelona David Maynar que está incorporando de manera exitosa al entorno digital sus obras ilustradas para niños. Al inicio, Maynar exploró la posibilidad de la publicación a través de las apps, con el lanzamiento de su app «Veo Veo» que salió a la luz únicamente para el iPad, y apoyándose en programadores. El balance de la experiencia fue más bien discreto.

Más adelante, se lanzó a ser su propia editorial digital, y en un tiempo récord ya dispone de un interesante pequeño catálogo de libros interactivos en formato EPUB3, que desarrolla de manera autónoma con Adobe InDesign; y gracias a la formación y asesoría que aportamos desde Publicar en Digital.

Detalle del e-book interactivo «Veo Veo» de David Maynar

La interactividad de dichos libros no es, quizá, espectacular, pero sí muy efectiva y perfectamente acorde con los contenidos. A cambio, al no tener que recurrir a otros profesionales ni tener que aprender tecnologías complicadas, el ritmo de producción es óptimo y de bajo coste. Además, al haber todavía pocos títulos en el mercado de este tipo, la posibilidad de destacar es elevada, ya que la gran mayoría de autores y editores no han dado este paso.

Es realmente asequible desarrollar un proyecto editorial interactivo serio y rentable, si se tienen los conocimientos adecuados y un objetivo claro. Más allá de Amazon (un páramo en este tipo de productos, por desgracia) existe un universo de posibilidades que permiten publicar rápida y facilmente e-books interactivos para smartphones y tablets (iOS o Android) e incluso para ordenadores (Windows o Mac) 

¿Te animas? Puedes empezar formándote con algunos de nuestros cursos online especializados!



Cuentos ilustrados interactivos: de la App al e-book

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