Las publicaciones periódicas digitales al uso (Diarios y Revistas para Tablets básicamente) se abren paso a duras penas en un mercado todavía demasiado reticente a invertir su dinero en la compra de este tipo de productos.
En parte el motivo de esta dificultad estriba en la presencia de un viejo (aunque renovado) y obstinado competidor: la Web. En lo que a contenidos digitales enriquecidos se refiere, en experiencia de usuario, pocas cosas superan a este formato. En una era donde la información que no circula rapidísimamente es descartada, La web ofrece más inmediatez y percepción de frescura que una publicación digital.
En el caso de los diarios tradicionales, las versiones digitales de la inmensa mayoría de ellos son meras réplicas congeladas de su equivalente en papel (un «PDF» por así decirlo). Mientras que el usuario cada vez más promedio va en busca de la página web del mismo diario en busca del titular de última hora o de participar activamente en la sección de comentarios de cada noticia.
Además, con la evolución de la tecnología CSS y la aplicación de los diseños adaptables (también conocidos como responsive), es posible presentar la información de una publicación con un aspecto igual de atractivo que una App o publicación en papel. La prueba está en el número aceleradamente creciente de diarios o revistas que están adoptando la filosofía «Web App» con plantillas homogéneas entre sí.
Una ventaja de los contenidos web es que pueden satisfacer una necesidad acuciante del consumidor actual: la avidez por compartir lo visto y leído con sus amistades en las Redes Sociales (Facebook, Twitter, etc.) Éste era hasta ahora un talón de Aquiles de las publicaciones digitales al uso, que se presentaban como una especie de «caja negra» donde los contenidos no salían de ella. Si un lector disfrutaba de un artículo de una de estas revistas, ya sea por su contenido o por la experiencia de usuario, no hallaba el modo de compartir su hallazgo con su red de amistades, cosa muy fácil de hacer con —por ejemplo— un blog, ya que la inmensa mayoría ya vienen equipados con sencillos botones de compartir de Facebook, Twitter, e-mail, etc.
Lograr una solución viable e interesante para todas las partes no es sencillo, ni técnica ni económicamente. A menudo los contenidos de dichas publicaciones se descargan en la memoria interna del tablet y hay que «extraerlos» de ahí de algún modo para poderlos compartir.
A partir de aquí, los editores buscan soluciones creativas. Un ejemplo podría ser el del magazine mensual gratuito UNBREAK, donde lo que se hace es capturar una región o una página entera en forma de imagen que se puede luego compartir fácilmente en Twitter o Facebook.
Otra opción es la que ofrece por ejemplo la solución de publicación de Adobe, llamada Adobe Digital Publishing, donde es posible replicar los artículos que el editor desee en formato HTML5 y albergalos en una URL accesible de modo que cualquier usuario puede acceder potencialmente a ellos. En este caso lo que se comparte no es una imagen estática si no una copia exacta (o casi) del mismo artículo que está leyendo el usuario que adquirió la revista. Esta técnica podría originar un posible agravio comparativo: ¿Para qué gastar dinero en adquirir una revista digital cuando cualquiera puede entrar a su equivalente via web? Lo cierto es que esta solución es mas bien un método algo desesperado para que el editor elija qué artículos quiere dejar «en abierto» a modo de reclamo vía web y URL. Así, los usuarios que accedan por esta via libre podrán comprobar si merece la pena suscribirse o no a dicha revista, algo que pueden hacer desde esa misma página.
Además, a partir de un cierto número de artículos visualizados «gratis», aparece una página a modo de Paywall que invita al lector a suscribirse a través de su iPad o al menos a comprar números sueltos de la revista.
Si estos métodos para compartir contenidos y competir así con una WWW ya abierta y en constante actualización fallaran, tengo mis serias dudas sobre la viabilidad a medio plazo de este modelo de negocio. Es posible que el futuro cercano vea una lenta (o rápida) agonía del modelo «app» y vayamos a parar a una web evolucionada, con diseños atractivos, todo tipo de interactividad y multimedia, y a pantalla completa. Pero web en el fondo, con la misma esencia de hace 20 años…
Coincido al 100% con las conclusiones de tu análisis y tus dudas. Excelente resumen del estado de la cuestión.